60.000 muertos de hambre al día. Si la muerte fuera acompasada y siguiera un ritmo de cadencia regular, y si pudiéramos poner a 60.000 pesonas de seguido, para hacer una bonita coreografía de efecto dominó, tendríamos un cuerpo cayendo cada 1s.44.
Pero la muerte no es así, el hambre mata a su ritmo, sin saber a ciencia cierta en que segundo va a ocurrir.
Hoy soy esa madre, que sostiene en sus brazos a su hijo al que va a ver morir de hambre, ella lo sabe, no puede hacer nada , quizas también morirá ella en breve.
No se despega esta imagen de mi cabeza: sostener a mi hijo en brazos para acompañarle en su muerte. Sentir su cuerpo de hueso que apenas noto ya, abandonarse al poco peso que le queda, entre mis brazos, liviano.”
Una buena imagen para una piedad, señores y señoras cristianos….
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