domingo, 30 de enero de 2011

La Gran Aventura de Tengoqué (2)

 Tal como llegó se fue.
Una mañana Tengoqué se despierta sin zumbido.
Su cabeza silenciosa, su cuerpo aquietado.
Disfruta de la ducha como hace tiempo, deteniéndose a frotar con el guante de crin zonas que casi no recuerda, su ducha mas que una ducha parece un ritual.
Después, en el desayuno,  se detiene a contemplar el cielo por la ventana de la cocina, absorto en el devenir de las nubes. Se queda ahí con el propósito de esperar hasta ver el cielo despejarse, y a los 17 minutos ocurre. El cielo se torna azul, profundo, liviano.
En ese mismo momento, a Tengoqué se le quita un peso de encima. Así de sencillo lo percibe: su pecho es ese cielo; azul, profundo, liviano.
Al escoger la ropa, levanta casi todo la pila de camisetas y se fija en una camiseta víctima de obsolensencia programada diez años atrás, pero de la que nunca terminó de deshacerse, como si de alguna manera, siguiera manteniendo con aquel objeto un vínculo eterno. Al pasársela por la cabeza la piel reacciona de inmediato, el tacto activa las neuronas, y la una a la otra, a una velocidad de vértigo, se contagian de la misma información: PLACER.
Y así es como Tengoqué vuelve a sentir después de tanto tiempo, que su vello se eriza, como un campo de trigo movido por la brisa, un placer muy sútil, muy pequeño, muy reconfortante.

Sentado frente a la pantalla. El sol se cuela por la ventana. El mundo se agita. Así lo cuenta la red. Wikileaks, Anonymous, Túnez, Egipto, a la calle, a la calle,la población toma las calles.
Tengoqué siente de pronto como su cuerpo empieza a vibrar, apabullado por tanta información, necesita reaccionar. Una idea cruza su mente e invade su cuerpo y empieza a fluir: abre un documento en blanco, configura la página para etiquetas y escribe en la primera: “ES TIEMPO DE SUPERA(C)CION”. Pega y copia la frase en el resto, obteniendo así 15 etiquetas. Imprimir. 10 copias. 150 etiquetas.
Por la noche, Tengoqué sale de paseo, dejando a su paso, su pequeño gesto pegado en escaparates, en paradas de bus, paradas de tranvía, contenedores de basuras, lugares donde el intuye que alguien, al día siguiente, va a posar la mirada.
Con cada etiqueta disfruta un poco más, el estómago lleno de hormigas, la oxitocina corriendo por la venas. Cada etiqueta pegada le reafirma la importancia de su pequeño gesto. Acaba de vuelta a casa con un sonrisa abierta dirigida a nadie, a todo, a el. Se la descubre en el espejo del ascensor.
Se parte de la risa.

lunes, 24 de enero de 2011

UNA DE DATOS


Me llega otra conferencia de un experto economista con el hígado erizado: Arcadi Oliveres. Os la recomiendo, aporta unos cuantos datos interesantes y esclarecedores.
Entre otras cosas el tipo dice que por encima de esta crisis esta la crisis alimentaria, que mata aproximadamente, al día, a 60.000 vidas humanas (por no hablar de las animales).
Al día.

60.000.
Esta mañana, durante el ensayo me viene la idea y decido, como ejercicio, ponerme a contar hasta 60.000. Empiezo, pero como es de esperar, me canso al de nada, duro 256, así, número tras número, dejándolos caer en el espacio, imaginando, cada cuerpo humano, soltando la vida por falta de alimento. Imposible, pienso, no puedo contar hasta 60.000 de un tirón, tardaría una eternidad. ¿cuánto se tarda en contar hasta 60.000?...
Así que me pongo a hacer cálculos: si le doy de tiempo un segundo a cada número/muerto, tardaré exactamente 1.000 minutos, es decir alrededor de 16 horas y media.
Día tras día, día tras día, 60.000 muertos. Lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado, domingo,…Enero, Febrero, Marzo, Abril, Mayo, Junio….Día tras día, 60.000 muertos, 16 horas y media de un día para poder contarlos a todos y a todas.

Según informa Oliveres, en el 2008 la FAO elaboró un plan de inversión para erradicar esta criminal crisis y lo presentó, en la ONU, a los países ricos: con 50.000 millones de dólares anuales, eso se arreglaba. Nadie movió un dedo, no había dinero en las arcas de los países para esto.
Tres meses después, y hasta la fecha, osea en dos años, Estados Unidos, Europa, Japón, Canada, Australia, han entregado DOS BILLONES SETECIENTOS MIL MILLONES DE DÓLARES, a las bancas a través de la famosa “inyección”. 54 veces más de lo que pedía la FAO para erradicar el hambre.
y esto, gente, nos lo hemos comido con patatitas fritas. 

Una nueva arquitectura internacional para después de la crisis http://vimeo.com/13506110

domingo, 23 de enero de 2011

Cuando se me eriza el hÍgado (3)


Esta crisis que nos venden es la mas egocéntrica que te puedes imaginar. Absolutamente maquiavélica, pensada para hundirnos en nuestros miedos personales, alejándonos de la visión global del estado de las cosas, para meternos en nuestro pequeño agujero negro personal. En un bar sevillano han colgado un cartel que dice: “Prohibido hablar de cómo está la cosa”. Y estoy de acuerdo. Esto es lo que se espera de nosotras y nosotros: hablar de lo mal que estamos económicamente. Y hablar, y hablar, y hablar, mientras siguen subiendo los precios, los tipos, los ricos…, mientras nosotros nos miramos el ombligo y pensamos que no vamos a llegar a pagar las facturas este més. Que les den por culo, me niego. Si estamos pillados es porque nos hemos dejado pillar, esto se venía venir hace mucho, así que apechuguemos, inventemos y luchemos por deshacernos de esta esclavitud si es que la tenemos. Desapego a lo material. Lo básico. Romper con los bancos, con los créditos, con la falsa ilusión, y vuelta a lo concreto, sin más. Y empecemos a hablar de nosotros y nosotras, seres humanos, perdidos y en Babia: si, estamos en crisis, que sea esta la que nos mueva y nos saque lo mejor que tenemos: nuestra capacidad de crear, de inventar.
Sin miedo; nuestro miedo es la mejor arma que tiene el sistema para seguir devorando.
Por eso bailo: ahuyenta el miedo.

De como se quita una las penas...

GRANDES (1)

Cuando se me eriza el hÍgado (2)


No soporto mas este mundo que me rodea
No soporto mas la visión de esta civilización borreguil que hemos construido.
No tengo mas paciencia.
No creo que podamos cambiar nada a gran escala.
Pero creo, por ese ápice de rebeldía que me queda, que es momento de intentar hacer algo al respeto.
Un acto pequeño, individual, que apenas se perciba, pero que resuena en mi y en mi entorno, y logre, de tal ínfimo, desplazar en unos grados las coordenadas hasta ahora marcadas de mi vida y dar otro rumbo.
Me queda encontrar, cada día, cual es el acto…

Cuando se me eriza el hÍgado (1)


En el barrio de La Chana, en Granada, a las 8.00 de una mañana de diciembre del 2010, un hombre se ahorca en el balcón de su casa: se quedó sin curro, se quedó sin paro, se acabó la ayuda y llegó el banco con su desahucio. En Túnez las revueltas empiezan porque un chaval decide quemarse a lo bonzo. ¿Qué nos pasa a nosotros? ¿Qué tenemos que ver para reaccionar? Si lo hizo hacia afuera es para que lo viéramos, para que sirviera, coño ¿qué puta adormidera nos han metido que nos da igual absolutamente todo? ¿Cuántos suicidios han habido en el 2010, debidos a la crisis?
¿Dónde busco yo estos datos?
La crisis es una oportunidad dicen en China, sí, a ellos ahora les va que te cagas, bueno a ellos que coño, los chinos estarán igual de jodidos que el resto de la humanidad. Pero “China” como “Potencia” debe de estar de la hostia, y todo el mundo acojonao. “Al loro”, nos dicen, “¡¡¡que nos comen los chinos”!!!, os comen a vosotros mamones, banqueros, multi nacionales y resto de calaña. A nosotros ya nos habeís devorado vosotros, cabrones.

sobre la duda

 
Du-da, tic-tac, du-da, tic-tac, du-da, tic-tac, du-da, tic-tac, du-da, tic-tac, du-da, tic-tac………
Como dice Italo Calvino, “empezar es el instante crucial… Es el instante de la elección: se nos ofrece la posibilidad de decirlo todo, de todos los modos posibles; y tenemos que llegar a decir algo, de una manera especial”, a la manera de una misma, añado yo. Distanciarse de lo ilimitado y empezar a decidir y acotar. Distanciarse de la duda inmensa que tiende redes hacia el universo y acercarse hacia la elección, el mundo concreto y tangible de las acciones. Empezar para poder terminar, porque sin principio no hay posibilidad de final, aunque también cabe la posibilidad de dejar abierto….cuidado con esto: por las rendijas de la casa se cuela el frío.

La Gran Aventura de Tengoqué


Esta es la historia de Tengoqué. 
Tengoqué siempre dice que tiene que hacer cosas. Siempre está ocupado en buscarse algún magnífico plan que al final no pondrá en marcha pero que le ocupa el pensamiento y lo mantiene soñando en lo que podría ser y nunca es.
Tengoqué no tiene tiempo para ejecutar sus planes; Tengoqué paga su hipoteca, trabaja un montón por ello, y por ahora tiene que seguir así.
Un día se despierta y se queda parado. Hay un zumbido nuevo en su espacio sonoro. No es la nevera, ni el ventilador del ordenador, está mas cerca, muy cerca, dentro. Un zumbido. Se dirige hasta la cocina y empieza su día, acciones mecánicas, una tras otra, no piensa en ellas, no se sabe en que piensa. Dentro sólo está el zumbido. Es sutil. No le duele. Sólo está ahí. Ocupando todo el espacio.
Como una especie de reseteado, el cerebro de Tengoqué se vació y sólo quedó un zumbido.
Así empieza la crisis de Tengoqué…

sábado, 22 de enero de 2011

Empiezo con el proceso de “Eriza albina”.






El título, como un accidente, aparece, de repente, urgente, encerrado en el asunto de un mail remitido a un buen amigo: ¿existen los erizos albinos?, y de ahí, inspiración o locura, intuición o absurda decisión, se convierte en el próximo título de una pieza. Busco en Google imágenes; y sí, existen erizos albinos, y sí, como no, son vendidos como mascotas. ¿a quien coño se le ocurre comprarse un erizo de mascota?, me pregunto mientras miro la imagen del animal. Me sobrecoge, no se porque, me mueve un montón y de alguna manera me identifico. Manda huevos…¿qué le veo yo???
Ambas somos mamíferas, osea que tenemos tetas y alimentamos a nuestras crías. Algo nos une.
A veces me sale una coraza invisible que se me eriza y que puedo sentir tan fuerte como ese manto de púas. Algo mas nos une.
Y como ella, por mucha coraza que me ponga, no puedo camuflarme, ahí nos quedamos, expuestas, sin mas.