sábado, 22 de enero de 2011

Empiezo con el proceso de “Eriza albina”.






El título, como un accidente, aparece, de repente, urgente, encerrado en el asunto de un mail remitido a un buen amigo: ¿existen los erizos albinos?, y de ahí, inspiración o locura, intuición o absurda decisión, se convierte en el próximo título de una pieza. Busco en Google imágenes; y sí, existen erizos albinos, y sí, como no, son vendidos como mascotas. ¿a quien coño se le ocurre comprarse un erizo de mascota?, me pregunto mientras miro la imagen del animal. Me sobrecoge, no se porque, me mueve un montón y de alguna manera me identifico. Manda huevos…¿qué le veo yo???
Ambas somos mamíferas, osea que tenemos tetas y alimentamos a nuestras crías. Algo nos une.
A veces me sale una coraza invisible que se me eriza y que puedo sentir tan fuerte como ese manto de púas. Algo mas nos une.
Y como ella, por mucha coraza que me ponga, no puedo camuflarme, ahí nos quedamos, expuestas, sin mas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario